Por fin llegó el sábado 21, ha salido el sol y parece que va a hacer un buen día para aprovechar la playa. Cuando ayer se puso a llover tan fuerte pensé que hoy no haría bueno y nos quedaríamos sin la playa. Los chicos han cumplido y han ido llegando a las 3:30 de la mañana para cocinar. Con todo el tiempo que le dedican a cocinar ya puede salir un plato 3 estrellas. Ayer estuvieron cerca de 3 horas para limpiar el pollo. Le quitan todos los nervios y lo frotan con limón, para limpiarlo es todo un ritual lo que hacen con cada pedazo de pollo, al final para quitarle el sabor a pollo. Ayer le dieron una leve cocción y hoy lo fríen. A parte hacen la salsa para acompañar el pollo. Por otro lado están haciendo diri kole, se trata del plato tradicional por excelencia, compuesto por arroz con alubias, el caldo de las alubias para que el arroz coja ese color y coco rallado. Ese va a ser el menú de hoy acompañado con Tampico un zumo de pseudo fruta con mucho azúcar que se comercializa aquí. En cuanto esté la comida lista y metida en baldes para llevarla a la playa y repartirla allí, saldremos.
La salida se ha hecho esperar y a eso de las 10:15 nos poníamos en marcha, en el bus «grande» iban 50/55 personas, todo petado hasta arriba y en la ranchera de las hermanas íbamos 15, más 3 personas que hemos recogido en Jacmel, más toda la comida y bebida, así que también la ranchera iba petada. El viaje de ida se ha hecho ameno, cantando canciones que se aprendieron el grupo de ke kontan (corazones alegres) como «Eva Maria se fue» «canta y no llores» y canción en Creol.
Una vez en la playa nos hemos organizado, hemos hecho grupos de 10 personas con un responsable y hemos acordado la hora de comer a la una y la de volver a las cuatro. No había más tiempo que perder crema de sol y el primer baño del verano, en las cálidas aguas del mar caribe, ningún reparo para entrar al agua. Después de un buen baño, sólo hay una cosa que lo mejore, siiiiiii! Una cerveza prestige, cerveza Haitiana por excelencia. Después de tomar mi última cerveza hacía más de dos semanas en casa de Mesie Gerrar donde cambie los Dólares Americanos por los Gourdes Haitianos y me ofreció una cerveza que costó rechazar. Así que esta me ha sabido a teta. Luego hemos comenzado a repartir la comida, diri kole, muslo de pollo y una salsa bastante picante. Pura comida haitiana.
Después de comer otra vez al agua. Tras el baño he ido a la zona de duchas y un chaval que no conocía me pedía un dólar (supongo que haitiano, los haitianos usan la palabra dólar como nosotros usábamos la del duro con las pesetas, por lo que un dólar haitiano corresponde a 5 gourdes). Le he dicho que no iba a pagar nada en mi malo creol pero que lo ha entendido a la primera, se ponía delante y no me dejaba bañarme. Menos mal que ha llegado Ari le ha dicho que no iba a pagar, le ha quitado del medio y me ha dejado bañarme. Quería que pagase por el simple hecho de ser blanco. Y luego me da pena a mí que en la aduana de dominicana les pidan dinero para poder pasar sin que les revisen las maletas o sin que les requisaron algo.
El viaje de vuelta ha sido más duro, cansado ya del día y con los baches del camino y sentado en la parte trasera de la ranchera se ha hecho pesado. Pues nada ya en Areguy hemos acabado el día con una eucaristía en casa de las hermanas, porque ayer llego un cura a visitar a su madre que es de Areguy y ha pasado por casa de las hermanas para hacer la Eucaristía y cenar. Tengo un nuevo compañero, Felipe un seminarista colombiano ha venido a pasar el fin de semana a casa de las hermanas. Lleva 2 meses en Puerto Príncipe con la idea de aprender francés y tener una experiencia misionera. Pues nada mañana domingo más y mejor.